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Agalure abre en O Ventorrillo su nuevo centro asistencial para luchar contra las ludopatías

La Asociación Agalure acaba de inaugurar una nueva sede en la calle Pasteur, frente al centro de especialidades de O Ventorrillo, en la que desarrolla su programa de actividades de prevención y tratamiento de las ludopatías y otras adicciones comportamentales, como internet, las nuevas tecnologías o las compras compulsivas.

La entidad expuso hace año y medio la necesidad de contar con nuevas instalaciones para realizar su labor asistencial. Lo hizo en el transcurso del programa A Radio Conta, realizado conjuntamente por todas las emisoras radiofónicas de la ciudad. Tras varios meses de intensas gestiones, Agalure consiguió obtener este nuevo local en el barrio del Ventorillo, que se convertirá en punto de atención único para afectados por ludopatía y otros trastornos.

En esta sede, la asociación desarrolla varios tipos de terapias. «Hay grupales, individuales y familiares. Todas dirigidas por un psicólogo especializado que marca el tratamiento dependiendo de la persona», detalla su presidente, Francisco Gil, que en declaraciones al diario La Opinión de A Coruña asegura que «hay una base común» pero cada enfermo «necesita» su propio programa.

La entidad, que abarca el área de las provincias de A Coruña y Lugo, cuenta actualmente con 400 usuarios, y no solo ofrecen apoyo a rehabilitados y enfermos en tratamiento sino también a sus familiares. «Es una enfermedad que afecta a todo el entorno», expone Gil.

Los miembros de Agalure se muestran «alarmados» por el crecimiento del número de afectados por la ludopatía y por las edades de los mismos. «Con respecto al año pasado, ha habido un incremento del 35%. Hasta nos ha contactado un preso de una cárcel de Ourense pidiéndonos ayuda», comenta Gil, al que le preocupa que los menores ya están en contacto con este tipo de adicciones sin sustancia. Según los datos de la asociación, el 34% de las personas diagnosticadas en 2017 comenzó a jugar antes de los 18 años. «Es muy chocante porque en teoría eso está prohibido», apunta.

Esta tendencia ha provocado un cambio importante en la media de edad de los ludópatas. «Hace unos años, la media era de 50 años. Ahora es de 37,26 años», desvela Francisco Gil. Además, la edad media de inicio en el juego peligroso se sitúa en los 20,22 años. Estos datos han hecho que Agalure desarrolle charlas y talleres en colegios de A Coruña, Culleredo y As Pontes. «Hasta junio, cuando acabe el curso, no tendremos datos concretos pero sí estamos viendo que la mayoría de los alumnos de 4º de ESO ya tuvo contacto con algún tipo de juego», explica, y añade: «A lo mejor no apuestas pero sí juegos adictivos».

De las adicciones que se tratan en Agalure, las más comunes están relacionadas con las apuestas deportivas. «Tratamos, sobre todos, a adictos a los juegos online y a los terminales de juegos que hay en las casas de apuestas», explica. También están tratando actualmente casos de «adicción a la Bolsa». Sin embargo, no todo está relacionado con el dinero. «Atendemos, por ejemplo, a cleptómanos pero también a adictos al gimnasio porque si no hay un control sobre la actuación, existe un problema», declara.