Necesidad de jugar cada vez más, ansiedad si no se apuesta, mentiras y el descuido de las relaciones laborales y personales son algunos de los síntomas que presentan los adictos al juego. En la asociación coruñesa de ludópatas rehabilitados Agalure las consultas atendidas aumentaron un 54% el año pasado, el juego ‘online’ le gana terreno al tradicional y el perfil del jugador es cada vez más joven.
“Los que en teoría supervisan a los nativos digitales no lo hacen porque se supone que ‘ya controlan’, pero un abuso puede llegar a convertirse en adicción”, advierten desde la entidad. La fuerza de voluntad, aseguran, es esencial para afrontar la rehabilitación, en la que Agalure consigue en torno a un 85% de éxitos.
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